Lo cierto es que en este mundo cada vez más vegano, los conceptos más tradicionales como los que apuntas son aprovechados, sobre todo, por las grandes marcas para expandirse en un negocio cada día más creciente y rentable.
La forma comercial para llevarlo acabo e introducirse en ellos es relativamente simple, pues utilizan los nombres clásicos de productos habituales, elaborados con ingredientes cuyo contenido principal es la carne y a ellos se le añade la "coletilla", "vegana, vegetariana o vegetal", con lo que se consigue, por una parte, la reutilización del término para un uso distinto al original, y por otra, una clara identificación del producto, que facilita el reconocimiento casi instantáneo por parte del consumidor de unos componentes vegetales, usando nombres tradicionales, con lo que se gana en eficacia y rápido reconocimiento. Eso, antes que inventar nuevos modos, productos o nombres que en cualquier caso, entorpecerían o frenarían su rápida incorporación al mercado y cuya nueva conexión, consumidor-productos, sería más lenta.
De esta manera podemos difundir el concepto y hablar de salchichas vegetales o veganas, hamburguesas vegetales o veganas,... o embutido vegano, vegetal, vegetariano con propiedades opuestas a las originarias, es decir, aquellas que utilizan carne picada o productos relacionados, todo ello en aras por mantener y alejarse de cualquier comparativa que refuerce la idea original de producción.
En cuanto al nombre "embutido vegetal", y que no te convence demasiado, una opción que en parte alejaría el término del "reino animal", aunque da o mantiene una idea de su mismo modo o formato de elaboración, podría ser el término, "enfundado vegetal", pues da la misma idea de llenar y poner algo dentro de una funda, en este caso sería una funda fabricada artificialmente y no natural, como ocurre en el embutido, y que salvando esa cuestión "natural", en el fondo es lo mismo que se hace con el embutido tradicional.
Enfundar
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