La ese en castellano tenía dos formas — y a veces más. He aquí un fragmento de un libro con que estoy trabajando ahora (perdonadme que no puedo enlazároslo, porque no es de acceso abierto) que lleva tres formas distintas de la letra:
No obstante, a diferencia del alemán (donde la alternación entre ſ y s puede/podía indicar las fronteras entre elementos en una palabra compuesta), en el castellano, simplemente se seguía, más o menos, el modelo griego. En esa escritura, la letra Σ tenía dos formas en minúscula, σ y ς. La primera se utilizaba en toda posición excepto como letra final, y pues la segunda en esa posición última. Así que la palabra por cerdo en griego, que se pronunciaría como sus, se escribía σῦς. Pero puesto en mayúscula sería ΣΥ͂Σ. La regla con letras latinas era parecida, con ſ siendo la forma principal, y s la forma en posición final.
Así la diferencia entre la ſ y s es, teóricamente, bastante simple y no muy diferente a la de entre r (después de letras con lado derecho recto y en posición inicial) y ꝛ (después de las con lado derecho redondo): son dos formas gráficas de una sola letra.
A veces, más por razones estéticas, se podía encontrar la forma s en el interior de una palabra, casi siempre después de la ſ cuando era debida una doble s. En estos casos, y especialmente en letra cursiva, se podía encontrarlas ligadas, así que era frecuente ver aſsi escrito como aßi.
Y hablando de esa doble s... En el español no precisamente muy antiguo, había dos sonidos para la S, uno sonoro y otro sordo. En posición inicial o final, tenía una pronunciación sorda, como la actual, pero entrevocálicamente, salía sonora, como la Z de inglés o portugués. Para representar el sonido sordo entre vocales, se usaba dos S (así muy como la R en la ortografía moderna). El portugués mantiene esta diferencia tanto en su ortografía como en su pronunciación y por eso tenemos assim y seis con sonidos sordos, pero casa con el valor sonoro. Cuando el castellano perdió la distinción fonética (la fricativa alveolar sonora ya no existe en castellano como fonema, pero sigue como alófono), ya no había razón alguna por mantener la distinción ortografía, y se simplificó ss en s.