El español antiguo tenía seis sibilantes: dentales, apicoalveolares y postalveolares, en pares sorda/sonora. El español actual sólo tiene sibilantes sordas, y tiene dos variantes principales, una con tres puntos de articulación (el estándar peninsular con /θ/, /s/ y /x/), y otra con dos (el estándar americano con /s/ y /x/), dejando de lado las múltiples realizaciones fonéticas regionales. Esta última tiene como origen mayormente el habla de Andalucía, donde los cambios fonéticos del castellano (que avanzaba desde el norte) llegaron más tarde y de manera diferente.
En el español norteño (de Castilla) se perdió primero la distinción entre sordas y sonoras, y luego, a fines del siglo XVI, los tres fonemas resultantes se "apartaron" uno de otro: el dental se hizo netamente interdental y el postalveolar se hizo velar.
En Andalucía y América, en cambio, se perdió primero la distinción entre la posición dental y la apicoalveolar, durante el siglo XVI, y luego la distinción de sonoridad, a fines del mismo siglo. El fonema postalveolar pasó a ser velar/glotal un siglo más tarde.
Para el año 1800 el sistema fonológico ya debía ser aproximadamente como el actual. Con toda seguridad no había ya distinción entre sibilantes sordas y sonoras (realizadas ahora siempre como sordas). Quizá en algún dialecto arcaico de alguna región apartada todavía podía escucharse una postalveolar en vez de una velar, pero en mi opinión el tal José, en ruso, no habría usado la letra zhe (Ж), que de hecho representa una fricativa retrofleja sonora, para representar el sonido inicial de su nombre. En todo caso podría haber usado sha (Ш), que representa la retrofleja sorda.