Volviendo a ver esta pregunta me doy cuenta de que, si bien los ejemplos de autoantónimos están muy bien, no son palabras comparables con "indiferente", en el sentido de que son léxicamente ambiguas, pero no gramaticalmente polivalentes, como sí lo es "indiferente". Me explico: el predicado "ser indiferente" puede funcionar con dos estructuras o "esqueletos" argumentales, que corresponden a la misma situación subyacente. Una de las estructuras es intransitiva, con un complemento oblicuo opcional: > *Él es indiferente.* > *Él es indiferente hacia mí.* (1) (Caben otras preposiciones además de *hacia*.) La otra estructura es una frase que formalmente también es intransitiva, pero que toma obligatoriamente un objeto indirecto (OI). Dicho OI corresponde al sujeto de la otra estructura, mientras que el sujeto de esta segunda construcción corresponde al oblicuo de la primera: > *Yo le soy indiferente.* (2) En ambos casos estamos hablando de lo mismo; si nominalizamos la frase hablaríamos de "su indiferencia (de él) (hacia mí)". Aquí el concepto "indiferente" está siendo usado casi exactamente igual que el de "gustar", con la diferencia de que cuando usamos el verbo *gustar* en la primera estructura el complemento es obligatorio: > *Él gusta de mí.* (1) > > *Yo le gusto.* (2) Es decir, "indiferente" quizá no sea un verdadero autoantónimo: es simplemente la misma palabra, con el mismo significado, usada en dos estructuras sintácticas opuestas, igual que "gustar".