Se trata de una forma muy poco usada pero válida.
DPD, artículo “que”, sección 2.1.2:
Cuando la oración subordinada funciona como complemento directo de un verbo de «ruego» o «temor», se suprime a veces la conjunción que: «Le rogué me permitiera acompañarla hasta la entrada» (Cano Abismo [Col. 1991]); «Ya me temo no termine nunca [esta guerra]» (Umbral Leyenda [Esp. 1991]); sucede también, aunque más raramente, con verbos de «opinión»: «El comunicado [...] eriza el cabello y supongo habrá espantado al ministro Belloch» (Mundo [Esp.] 21.12.94). En todos estos casos, aunque no se censura la supresión de la conjunción, se considera preferible mantenerla: Le rogué que me permitiera, me temo que no termine, supongo que habrá espantado.
Esta otra página, “Omisión de la conjunción que”, se explaya un poco más y da más ejemplos. Copio la entradilla:
La conjunción que en las subordinadas sustantivas, casi siempre de objeto directo, se puede omitir. Esta omisión era frecuente en los textos antiguos y se atestigua hoy en el lenguaje epistolar, en el jurídico y en el administrativo, así como en otras variedades formales de la lengua escrita.