1.2 TEORÍAS
Las diferentes propuestas sobre el origen de -y en soy, estoy, doy y
voy pueden sintetizarse en siete grupos 12.
(i) Paragoge
Sostenida por Lausberg13 y Pensado 14. Según esta tesis, -y procedería de una -e paragógica. La base [SU < SUM] con vocal paragógica sonaba SUE o SUU y de donde proceden las formas del provenzal antiguo, español y portugués. El apoyo fundamental de esta teoría es el leonés antiguo soe y las formas idénticas doe, soe del sardo logudorés y el veneciano antiguo soe, dae, estoe. Pensado interpreta el valor de la grafía soe: «[…] como cabe esperar de su función conectiva, la -e perdería su silabicidad: [sóe̯]. Tal diptongo sería perfectamente posible. Sin embargo, una evolución muy natural es su cerrazón en la semivocal óptima: [sói◌̯]. El proceso consiste en la cerrazón de una semivocal, no de una vocal» 15.
(ii) HABEO
La influencia de la primera persona de indicativo ey < *ay(o) < HABEO, fue defendida por Meyer Lúbke (1885), Hanssen (1896; 1945) y Zauner (1905).
(iii) FU.Ī
La -y de soy, estoy, doy y voy es debida a la influencia analógica de la primera persona del pretérito /fui/ < FU.Ī. Esta teoría, adoptada por Wanner 16, sigue la que propuso Pope para el francés medieval suis. La distancia analógica entre el español /so/ y /fuj/ representa una distancia de dos características mínimas: fonéticamente de /'u/ a /'o/ (en francés de /'y/ a /'u/ ) y morfológicamente de pretérito a presente de indicativo (como en francés). El estatus de terminación de /j/ en el pretérito castellano resalta claramente de la constitución del paradigma de pretérito de este verbo. La primera persona singular presenta /'fuj/ (más tarde /'f'wi/ ) y menos frecuente /'fu/, y /'fue/ , menos frecuente /'fu/ la tercera singular. Esta constelación produce un análisis sincrónico castellano medieval de /fu + í/, /fu + ∅/ 3s pret. contra /fu + e/, /fu + ∅/ 33 pret., de la que la terminación marcada /j/ para la primera persona singular puede ser fácilmente abastraída y extendida a otra primera persona del mismo verbo de constitución paralela. Los restantes verbos do, vo, estó se convierten en doy, voy, estoy por analogía con soy.
(iv) Alternancia /oj/ ~ /ow/
En el área leonesa, gallega y portuguesa existe una variación de diptongos desde el s. XIV entre /OW/ y /oj/ en los resultados de los grupos latinos /pt/ y / kt/ , con algunas extensiones de contexto tardías como /'kowza/ ~ /'kojza/ < CAUSA. El etimológico vou < UADO afectó a so > sou y estó > estou, do > dou (de SUM, DO, STO). Una forma alternante voj, debida a la variación de diptongos /ow/ ~ /oj/, pudo haber generado sou/soj, dou/doj y estou/estoj en territorio leonés. Las formas /ow/ pertenecen al occidente leonés y al gallego y portugués, /oj/ al leonés oriental. Esta teoría ha sido sostenida por de Gorog: las formas verbales en -oy se habrían originado en una parte de León donde se tenía consciencia del hecho de que oi en algunas hablas correspondía el au en otras 17.
(v) Adverbio locativo y "allí"
Una de las teorías más aceptadas hasta poder ser considerada una opinión común 18. La fuente de -y estaría en la aglutinación del frecuente adverbio locativo medieval (h)y, (h)i "allí" a los cuatro verbos so, do, vo, estó, empleado como sustituto del pronombre de dativo, partiendo de la idea de “doy a aquel lugar”, por ejemplo, «a aquel monasterio»; en los casos de voy, soy y estoy el significado del verbo correspondiente se presta también a la aglutinación de un adverbio de lugar (v.g. so y pagado/a), lo mismo que a una propagación desde doy 19.
(vi) Pronombre sujeto yo
Esta hipótesis fue enunciada por J.D.M. Ford en 1911 y ha sido retomada más recientemente por Schmide20 y Gago-Jover21: doy, estoy, soy, voy se deberían a un refuerzo de las formas verbales monosilábicas do, sto, so, vo por posposición del pronombre correspondiente y la posterior reintepretación de la estructura sílábica: [só—yó] > [sói◌̯—yó]; la secuencia do yo (o so yo …) habría dado doy yo (o soy yo …) y, con omisión del pronombre en casos de menor énfasis o con voluntad de eliminar una redundancia, doy (o soy …). De esta forma, según Schmidely, «la yod desinencíal no sería sino la huella del pronombre de primera persona yo en una voluntad de reforzar ciertas formas verbales de mismo rango personal que tenían como características un significante monosilábico, terminado por -o, y una alta frecuencia de empleo» 22.
(vii) Existencial hay
La influencia del existencial hay en el origen se soy, estoy, doy y voy ha sido propuesta por Molho 23. Molho lleva a cabo la construcción de una semiología apropiada de los verbos de existencia. Esta construcción se basa en el tratamiento particular de un pronombre—adverbio anafórico, cuya representación, lentamente reelaborada, se ha profundizado hasta el grado de no presentarse ya como una palabra reconocible susceptible de aparecer independientemente en la frase, sino como un morfema sufijado protector de una vocal desinencial. Los fenómenos evocados por Molho se han originado por un accidente psico-fónico: la colusión en la frase del verbo unipersonal HABER en presente de indicativo y del pronombre anafórico que se aglutina por enclisis (h)a + y. Una vez constituido el presente (h)ay en el s. XIII, el elemento -y comienza a propagarse por analogía al presente de otro verbo que connota en el pensamiento castellano la noción fundamental de existencia: soy aparece entonces al lado de so. Por oposición a haber, que aporta la representación de la existencia por interioridad, ser significa desde los orígenes de la lengua la existencia por exterioridad. Solamente
después de haberse sufijado a so (→ so-y), el elemento -y, en calidad de sufijo desinencial, se extiende a otros tres verbos situados por detrás en la jerarquía semasiológica de las nociones verbales y que mantienen con la noción de “ser” relaciones ideales estrechas: vo-y ~ esto-y ~ do-y.
12 En el trabajo de Wanner, «An analogical solution for Spanish soy, doy,
voy and estoy», pp. 274-278 y 291-294, se puede encontrar un buen resumen y crítica de las teorías propuestas.
13 Lausberg, Lingüística románica, II, § 882.
14 Pensado, «Soy, estoy, doy, voy como solución de una dificultad fonotáctica».
15 Ivi, p.215.
16 Wanner, «An analogical solution for Spanish soy, doy, voy and estoy».
17 de Gorog, «L'origine des formes espagnoles doy, estoy, soy, voy».
18 Primer estudio monográfico de Müller, «Spanisch soy, estoy, doy, voy im Lichte der romanischen Endungsneubildung mit Flexionsfremden Elementen».
19 DCECH II 425b14-26.
20 «La -y de doy, estoy, soy, voy».
21 «Nuevos datos sobre el origen de soy, doy, voy, estoy».
22 Schmidely, «La -y de doy, estoy, soy, voy», p. 615.
23 «Soy (voy~estoy~doy). Essai sur la sémiologie des verbes d'existence en espagnol».