Maikel Ramírez y Ana María Ramírez, en su artículo Metáforas y metonimias del delator en seis expresiones del habla cotidiana venezolana (Revista de investigación, n° 79, 2013) recuerdan que cuando alguien en Venezuela habla de un delator, si quiere enfatizar aún más su componente negativo se refiere a él como 'sapo' ('sapa' en caso de una mujer).
Los mismos autores, en el artículo Personificación y despersonificación en la metáfora del burro ignorante (Letras, n° 93, 2015) apuntan una explicación que no por lógica deja de ser brillante:
En cualquier caso, esta expresión metafórica dependía de otras metáforas, como la de considerar que quien delata tiene una lengua que excede el tamaño normal (‘eres un lengualarga’), o que deliberadamente la persona afloja la lengua recipiente del secreto (‘soltó la lengua’), o que la lengua no logra ser controlada (‘se le fue la lengua’). Como resultado, expresiones metafóricas más complejas surgían, tales como: ‘se le fue el yoyo’, ‘se le fue la alfombra’ y la que nos ocupa: ‘ser un sapo’, en razón de que este animal saca la lengua y la estira de manera extraordinaria.
De hecho, en varios países latinoamericanos una forma de referirse a los delatores es lengualarga.
Mario Bernardo Figueroa Muñoz, en su trabajo La voz del delator (2008) completa y añade razones:
En Colombia, como en otros países de América Latina, el término ‘sapo’ ha tenido el destino de servir para denominar al lambón, al delator, al soplón, al chivato, a aquel que se dedica a “cantar”, acción definida por el Diccionario de la lengua española no solo como “Formar con la voz sonidos melodiosos y variados”, sino también como “Descubrir o confesar lo secreto”, “poner en evidencia”.
De lo extendido que está el término sapo para referirse a un delator, me gustaría resaltar que el Diccionario de la Lengua reconoce el verbo sapear:
Chile, C. Rica, P. Rico y Ven. Entre delincuentes, acusar (‖ denunciar).
Existe, incluso, la forma sapiar, cuya definición podemos ver en el Vocabulario de la jerga estudiantil de Bogotá (1968), de Jaime Ocampo Marín:
Sapiar. Delatar, no perder la oportunidad para denunciar a otros.
Referencias y fuentes
https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/4478169.pdf
http://revistas.upel.edu.ve/index.php/letras/article/view/5953
https://cvc.cervantes.es/lengua/thesaurus/pdf/23/TH_23_002_133_0.pdf
https://revistas.unal.edu.co/index.php/jardin/article/view/10049/