Dado que nadie la ha citado aún, quiero comentar que este tipo de construcciones se trata ampliamente en la Nueva Gramática de la RAE, en los párrafos 11.7h y siguientes.
La pauta N-i-A es la más productiva del español entre todas las que dan lugar a compuestos adjetivales de sustantivo y adjetivo. A ella pertenecen barbilampiño, bracicorto, narilargo, ojizarco, pernilargo y otros muchos adjetivos que se predican mayoritariamente de las personas y los animales.
La Gramática concuerda con Gustavson en cuanto al origen latino de la construcción:
Este esquema se remota al latín (barbirāsus), donde alternaba con la pauta que presentaba el sustantivo en segunda posición: aureispīnus ('de espina dorada'), longimănus ('de mano larga'), versipellis ('que muda de piel'). La pauta A-i-N se ha conservado en español en curvilíneo o rectilíneo. La vocal -i- de estos compuestos procedía de un genitivo latino, pero ya en latín se propagó de los sustantivos que la contenían (agrilĕgus, coeligĕnus, florĭfer) a otros en los que no estaba presente, pero que la aceptaron como vocal de enlace, como aquilĭfer (de aquĭla, -ae); fructĭfer (de fructus, -us); fluctĭger, fluctisŏnus y fluctivăgus (de fluctus, -us); herbĭfer (de herba, -ae); terrĭgena (de terra, -ae), y otros muchos.
Sobre su uso actual:
Se han observado algunas restricciones en lo relativo al tipo de sustantivo con el que se forman estos compuestos. Constituyen el grupo más numeroso los que se refieren a partes del cuerpo de las personas y de los animales.
Pero no se limita a esto:
El nombre se refiere a una prenda de vestir, en lugar de a una parte del cuerpo, en faldicorta ('corta de faldas') o capipardo ('de capa parda' y, por extensión, 'del pueblo bajo').
Sobre el adjetivo:
También existen restricciones que afectan a los adjetivos con los que se forman los compuestos N-i-A. Muchos de ellos designan colores (albo, blanco, negro, rojo, rubio, zarco); otros expresan propiedades físicas, normalmente referidas al tamaño o la forma de lo que se caracteriza: alto, ancho, bajo, corto, gordo, espeso, largo, redondo, como en barbiespeso, cabeciancho, cañihueco, carirredondo u ojimoreno. En general, son mucho más numerosos en esta pauta los adjetivos que expresan carencias o defectos (cojo, hueco, ralo, tuerto, zambo) que los que destacan algún aspecto positivo (alegre, lindo, tierno).
El adjetivo además puede ser un participio, como en barbiteñido, boquiabierto, carilavado, cuellierguido, labihendido, manirroto...
pelirrojo