En español, la estructura de las oraciones con "hasta que" y "mientras" se puede complicar, dado que existen dos oraciones implicadas, y cada una puede ir en afirmativo o negativo. Para más inri, si se usa "mientras que" hay que negar la oración que hace de causa. Así, tenemos (ejemplos de Perogrullo):
Eso seguirá encendido hasta que se apague.
Eso seguirá encendido mientras no se apague.
O la versión con la oración inicial en negativo:
Eso no se encenderá hasta que alguien le dé al botón.
Eso no se encenderá mientras nadie le dé al botón. (Negación cambiando "alguien" por "nadie".)
Sin embargo, tanto en la expresión oral como escrita se toma por costumbre arraigada el negar la segunda oración aunque no corresponda:
Eso no se encenderá hasta que alguien no le dé al botón.
Por poner algunos ejemplos algo más literarios (negritas mías) que incurren en esta situación en la que sobra el "no" en "hasta que no":
Tardará en España todavía muchos años en implantarse totalmente y creo que hasta que no se fabriquen aquí seguirá siendo una cosa rara para la mayoría de la gente (de todas las edades).
Pues no he de separarme de ti, ¡óyeme!, hasta que no los conozca.
Entonces sí que a él se le concluyeron los arrestos, y no soltó a su madre hasta que no lo arrebataron de su falda, y por un instante sintióse suspendido en el vacío, yendo a parar al interior de una lancha apretada de pasajeros pobres.
Lo que me gustaría saber es:
- ¿Desde cuándo se viene escribiendo en español "hasta que no" cuando debería ser "hasta que" o "mientras no"? El último ejemplo mencionado es de 1896, aunque he visto otros en textos del siglo XVIII.
- ¿Recoge la RAE esta peculiaridad en su gramática? Si es así, ¿la da como algo aceptado o aconseja evitar su uso al menos en la expresión escrita?