Parece ser que el uso de hortera
como platillo o cuenco es de hecho el primer uso. Escuelapedia explica parte del "envilecimiento o perversión del lenguaje" que ha sufrido la palabra hortera
la palabra hortera ha recorrido un largo camino desde sus origenes (documentada como fortera por primera vez en 1022) hasta la actualidad, en una vida muy intensa que le ha proporcionado nada menos que tres significados conocidos, aparentemente desconectados entre si, aunque veremos que no tanto.
El primer significado es el de "fuente, bandeja o escudilla de metal o madera", algo que se usaría tanto en una sacristía para guardar las hostias, como en la cocina una casa como en una rebotica para preparar recetas.
es el primer uso el que dé la clave de su etimologia, supuestamente debida a la forma del latin vulgar offertoria, plural o femenino de la palabra latina eclesiástica offertorium, con el valor de ‘patena para la hostia’
La web explica que la palabra fue evolucionando (usándose en otros ambientes) desde el platito para la hostia a la rebotica (tiendas)
Asimismo, el uso de las horteras por parte de los mancebos de las reboticas (auténticos pinches de la farmacia) acabó por contaminar a sus más frecuentes usuarios, de manera que, poco a poco, la persona tomó el nombre (y casi se lo quitó al utensilio).
Así que la palabra pasó de designar al objeto para designar a la persona (el ayudante de tienda o rebotica).
La web sigue explicando cómo el uso de hortera
(un insulto cargado de clasismo, o de cierto complejo de superioridad del insultador sobre el insultado) pasó a designar a alguien que pretende vestir bien (como debían hacerlo los empleados de tiendas y reboticas) no por estatus social, sino por guardar las apariencias (debía ir bien vestido y mantener un lenguaje cuidado para que las clientas se encontraran a gusto) y de ahí la palabra pasó a designar a designar a un falso señorito, como explica esta otra web (que por cierto, ya explicó el mismo origen en este otro artículo). Del "falso señorito" pasó a designar a alguien que viste ridículo, por vestir elaborado cuando su apariencia es en realidad anticuada o vulgar.
Todas esas refencias (en incluso esta otra, que también apunta al mismo origen) explican que el uso (o abuso del término forzándolo a esa evolución) es un madrileñismo.
Así que, resumiendo, de la etimología de offertoria que designa un platito que se usaba en tiendas, el nombre pasó a designar a los mozos de las tiendas que usaban dicho platito, de ahí a designar a alguien que viste bien pretendiendo darse un estatus social que no tiene para finalmente designar a alguien que pretende vestir elborado y sofisticado y en realidad viste mal (anticuado o vulgar).