El difícil precisar el orígen, quizás podamos destacar la riqueza de la ambiguedad semántica de la lengua y el efecto reforzador de una palabra malsonante intercalada en el encomio, que amplifica el sentido.
Es común en el español que se regalen elogios con puteadas, de manera rendida y a la vez rebelde al propio exceso de la admiración concedida.
Hay expresiones elogiosas que las usan de manera catárquica para avivar el efecto laudatorio, para destacar lo superlativo que exaltan.
(nos) la pasaremos de puta madre
Y a la vez, puede verse que una misma frase de admirativo reconocimiento a un tercero, porta quizás la sal de un insulto como contrapeso del sentido rendido de alabanza concedida. Una mala palabra con la que (acaso) templar el tono subyugado de obsequencia desmedida en la celebración de algo, una injuria que morigere la efervecencia de un elogio desmesurado, de una generosidad arrebatada por la maravilla
Algien jugó un partido admirablemente bien y coloquialmente diremos (con variaciones regionales), que
se convirtió en el puto amo del encuentro (España)
hizo un partido de la puta madre
jugó como la concha de su madre
es una puta maravilla, lo que ha jugado hoy
jugó muy bien el hijo de puta
Expresiones exaltantes que usan un termino malsonante, a veces como intensificacion, con un sentido de desinhibición liberadora; y otras, como morigeración compensadora de un tono de excesiva obsequencia por la vía de la puteada)
Fulano se construyó una casa de la san puta
(Aquí un parecido principio de auto-regulación, antecediendo un término virtuoso a un insulto)
Si la pregunta discurriera hacia la razón originaria del término puta aplicado a la mujer de manera agraviante, se entraría en una especulación de base historico-biológica, atinente al porqué del tratamiento desigual de la promiscuidad, basada en el riesgo de la falta de certeza de la paternidad de un hijo o hija como factor crítico para la protección y supervivencia ulterior de la descendencia.